El Peso del Pasado
Dos monjes en peregrinación llegaron a la orilla de un río. Allí vieron a una joven vestida con mucha elegancia. Era evidente que no sabía qué hacer, ya que el río estaba crecido y arruinaría su ropa.
Sin vacilar, uno de los monjes la cargó sobre su espalda, cruzó el río y la dejó en la orilla del otro lado.
Luego, ambos monjes continuaron su camino. Pero, después de una hora el otro monje comenzó a lamentarse. «Ciertamente, no está bien tocar a una mujer; tener un contacto cercano con mujeres va contra los mandamientos. ¿Cómo pudiste ir en contra de las reglas de los monjes?»
El monje que había cargado a la joven siguió caminando en silencio, hasta que finalmente señaló: «Yo la dejé junto al río hace una hora, ¿tú todavía la traes contigo?»
Que fácil resulta llenarnos de cargas que solo generan peso innecesario, vamos guardando en nuestro baúl de añoranzas y sobre todo, en nuestro corazón sentimientos y recuerdos que nos hacen daño; peor aún si se trata de cargas ajenas, cuando sufrimos por las acciones de otros aunque estas no nos afecten.
Hay personas preparadas para señalar y juzgar el accionar de los demás y se toman el trabajo de seguir sufriendo por lo que otros hacen; si con esta reflexión te percatas de que estas viviendo con cargas emocionales por las acciones de alguien, te invito a que sueltes el peso que has estado cargando, esto incluye las cargas relacionadas con tu pasado, déjalas atrás para que puedas vivir una vida más liviana y en paz contigo y con los demás.
Historia tomada de “La sabiduría de los Maestros Zen” Irmgard Schloegl – Reflexión: Wilman Cuellar